Éramos unos cuántos.
Hoy recuperábamos la tradición, en los últimos años en desuso, de juntarnos los que hacemos turnos de barra en la txosna de Moskotarrak en fiestas de Bilbao, para dar un buen uso a dinero recaudado y un homenaje con la comida.
Esta era en el club deportivo de Alameda Rekalde, aunque antes ha habido un imprescindible poteo previo, y tras la comida hemos ido a un karaoke (no recuerdo el nombre, creo que Cars, en Cosme Echevarrieta), donde me he animado a cantar Amante Bandido (mi canción de cabecera en los karaokes) y Can´t help falling in love, de Elvis Presley.
Ahí hemos andado, hasta que la gente se ha ido yendo, y cuando los que quedaban han optado por seguir la fiesta en otro sitio, he tenido a bien despedirme y marcharme a casa, que todo el día fuera es divertido pero cansa.
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