Ni el poster ni la premisa me inspiraban mucha confianza, pero como tampoco tenía otro pito que tocar, me fui al cine a verla, para encontarme con lo esperado: una película de acción insulsa y sosa, que bien podría haber salido directaments a las plataformas de streaming.
En un futuro apocalíptico el oxígeno desaparece de la faz de la tierra, de modo que para respirar necesitan o bien estar en refugios con generadores o salir a la calle con toda la parafernalia mascaril ¿Alegoría del COVID? ¿Dónde?
Todo marcha relativamente bien para la familia protagonista, hasta que el padre se va a por tabaco y aparecen unos extraños con aviesas intenciones (o sea, sobrevivir) y se arma la marimorena, con gente disparándose entre sí y mucho agobio, porque el filtro amarillo quiere decir "calor sofocante".
Tampoco puedo ser mucho más profuso, pues la película es tan olvidable que la vi hace dos días y ya casi la he borrado de mi cabeza.
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