La foto que me mandaron.
No suelo comprar nada en Amazon. Lo evito activamente porque me parece que representa un modelo comercial peligroso. No juzgo a quien sí lo haga pero tengo claro que prefiero no darles mi dinero. Pero coincidió que tenía un vale que me había tocado en un sorteo e hice una compra para gastarlo.
A mi lista de razones para no comprar nunca nada a Amazon se une esta maravillosa jugada de ayer. Hice un pedido y puse como dirección la de casa, poniendo en avisos que si me pillaba el repartidor fuera de casa me llamaran al móvil, que trabajo al lado y me acerco en un salto.
Pues coincidió que estaba yo en casa cuando recibo un correo de Amazon diciendo que ya me han entregado el artículo y con la foto que se ve. Salgo al rellano y veo que han metido el paquete debajo del felpudo.
El rapartidor dejó el paquete en el felpudo, sacó la foto, dejó el paquete debajo del felpudo y se piró.
Estando yo en casa, me enteré porque vi el mail. Es que no se molestó ni en tocar el timbre. Con dos cojones. O sea, que podría haber pasado cualquiera y llevárselo, o pisarlo y romperlo por no haberlo visto.
Gracias, repartidor de Amazon, por darme más argumentos para no dar nunca dinero a esa empresa.
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