¡Ha vuelto!
Es maravilloso esto de los fines de semana de tres días, y es una pena que no sea así más a menudo.
El viernes por la tarde, tras la preceptiva siesta, tocó rol, con una nueva sesión de La caída de Delta Green, que al terminar empalmábamos con la cena-celebración del 9º aniversario de Abaco. Cena en el local y luego a Rekalde, donde eran fiestas. En realidad no es que hagamos nada más allá de estar de charla en la zona de las txoznas, pero se agradece un poco de normalidad.
El sábado por la mañana, después de inscribirme en las TdN (aún no me creo que vayamos a tenerlas otra vez) echo unas partidas de Marvel Champions en una kedada que se hace en San Inazio (juego a Viuda Negra contra Duende Rojo, derrota miserable y Valkiria contra Capucha Roja, con una de cal y otra de arena). Por la tarde le damos caña al Fórmula D, y por la noche mi alergia decide que me voy pronto a casa.
El domingo por la mañana lo dedico a no hacer nada y por la tarde de nuevo a la lonja, donde grabamos una sesión formativa de cómo trabajar en jornadas lúdicas, haciendo especial hincapié, como es lógico, en el formato Omicron. Luego nos vamos a cenar y después al parque con unos refrescos, a filosofar y disfrutar del buen tiempo.
Lunes sin madrugar, una gozada. Dedico la mañana a jugar un rato al ordenador y escribir partidas y la tarde a ir al cine (Mamá no te enREDes), incluyendo paseo de vuelta desde MEgapark.
Y eso ha sido todo, mañana sí toca, por desgracia, trabajar.
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