Liam Neeson matando: ahora es por dinero.
Uno de los actores más letales del cine moderno protagoniza esta película que pone frente a frente a dos peligrosos asesinos: su personaje y los estragos de la edad, pues Neeson da vida a un asesino profesional ya veterano, que quiere dejar atrás todo esto, y tiene que enfrentarse a un incipeinte Alzheimer mientras lidia con una peligrosa organización que no ve con buenos ojos sus planes de jubilación. Paralelamente, unos agentes del FBI están sobre la pista de los ex-jefes de Neeson (y del propio Neson), teniendo el típico juego del gato y el ratón, para ver quién caza antes a quién.
Una película de acción solvente, pero muy dura, no por las escenas de tiros y sangre, sino por el verdadero villano de la historia, que es el envejecimiento en general, y la pérdida de memoria en particular.
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