Lechuck: ahora es un demonio.
La tercera entrega de Monkey Island es un juego al que duranrte muchos años, literalmente décadas me negué s siquiera probarlo, ya que el cambio tan radical de estilo gráfico como de interfaz (dejando atrás el clásico SCUMM) me despertaba todos los prejuicios, así que ahí se quedó.
Sin embargo, ante la reciente noticia de que va a salir una nueva entrega de la saga, decidí aparcar momentaneamente mis manías y darle una oportunidad. Y tengo que confesar que me ha sorprendido gratamente, pues siendo cierto que el estilo visual era muy rompedor, respetaba perfectamente el estilo de las dos entregas anteriores, con una alocada historia de piratas y anacronismos, humor a raudales y peleas de insultos, y todo ello con un doblaje en perfecto castellano (la traducción, eso sí, ya tal).
Así que, alegrándome de haberle dado un tiento, y habiéndolo terminado, recientemente he empezado el 4º, el Escape from Monkey Island, pero con diez minutos jugados empiezo a entender el porqué de las críticas tan negativas. Pero venga, haremos el esfuerzo.
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