Un divertido despropósito.
¿Me he divertido con esta película?
Sí, sin duda.
¿Es una buena película?
Ni por asomo. Es mala hasta niveles ridículas, con un guion que no se sostiene y escenas que dan vergüenza ajena.
¿Merece la pena verla?
Sí, pero teniendo claro que esto hay que verlo con el cerebro apagado (en realidad esto aplica al 90% de las películas protagonizadas por el bueno de Dwayne Johnson, que siempre me da lo que le pido).
En esta ocasión nos presentan a Teth-Adam, un esclavo nacido allá por el 3000 antes de Cristo en Kahndaq, una especie de Sumeria donde se extrae el vibranium de Mercadona Eternium, un metal con propiedades chachipirulis, y por cuestiones que no voy a detallar, obtiene poderes pero queda dormido durante 5000 años (la típica siesta tonta, vaya), hasta que es despertado por un grupo de arqueólogos antisistema.
Total, que Adam está ahí tan tranquilo sin meterse con nadie y un grupo de terroristas internacionales, conocidos como la Sociedad de la Justicia deciden plantarse en Kahndaq, que lleva 26 años bajo una dictadura militar, pero se la ha sudado, y matar a Adam, porque se les ha salido de los cojones decir que es una amenaza, así que sin que él haga nada, se ponen a provocar cuantiosos daños materiales y poner en peligro las vidas de cientos de civiles inocentes en el proceso (americanos que se creen héroes y van a liarla, menos mal que eso en la vida real no pasa).
Y así podría seguir un rato, que la cosa tiene tela, con diálogos que me hacían reír, no sé si por ingeniosos o por vergonzantes, y con inconsistencias brutales (como ese momento en el que el protagonista pierde sus poderes pero da igual, porque su capacidad de reventar cabezas permanece indemne, pues es lo que tiene que te inteprete Dwayne Johnson), así como decisiones absurdas de los personajes.
En este sentido, en el de los personajes, también cojea un poco, pues a un malo con menos carisma que un cenicero hay que añadir algunos personajes (Atom Smasher y Cyclone), que podrían ser reemplazados digitalmente por nutrias de peluche y la película quedaría igual.
Sin embargo, no todo es malo en la película. Estéticamente me gustó mucho (las escenas de acción de Hawkman me encantaron), y tiene algunos momentos muy comiqueros, y generalmente funciona mucho mejor cuando la película parece ser consciente de a qué juega. La música también me gustó mucho, y en general, aunque podría tirarme horas poniéndole pegas, el conjunto sí que me funcionó.
Puede que sea una mierda, pero es la mierda que me apetecía ver.
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