Repartiendo mamporros, a villanos y haters.
Ni caso a los llorones y ofendiditos que echan pestes de esta serie, She-Hulk es una maravilla. En mi opinión lo mejor que ha sacado Marvel en esta fase 4 (después de la irrepetible Wandavision) y ha conseguido ser una serie sobresaliente que divierte, sorprende y adapta de forma maravillosa, casi literal, las historias más delirantes de John Byrne.
Es cierto que tiene algún capítulo un poco más insípido, pero en general combina muy bien ese cocktail de humor legal, acción y píldoras del universo Marvel, con cameos gloriosos y personaje que son oro puro (por favor, que vuelva a aparecer Madisynn). Pero lo mejor de todo, la maravillosa forma que tiene de romper la cuarta pared y repartir estopa a diestro y siniestro a todos los incélidos que "no son machistas, pero", que incapaces de darse cuenta de que ellos son el chiste, se convierten en los invitados de lujo de la función.
Es una serie muy particular, todo hay que decirlo, y tiene una propuesta que puede quien considere demasiado audaz, de manera que es entendible que no le guste a todo el mundo. Pero así es como se consiguen las genialidades, huyendo de cosas que gusten un poco a todo el mundo pero no maravillen a nadie.
Puede que She-Hulk sea una serie de nicho, pero cómo he disfrutado de ese nicho. ¡Quiero más!
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