Del inglés "Thanks"="Black", "Giving"="Friday".
De la mano de Eli Roth nos llega un slasher bastante tontorrón, pero muy disfrutable, de los de asesino enmascarado matando adolescentes descerebrados, y teniendo en vilo de forma imposible a todo un pueblo.
El título, que en el original se refiere al día de Acción de Gracias, se localiza en España como "Black Friday", pues aquí el móvil del asesino parece ser el de querer vengarse por algo ocurrido en un Black Friday, cuando se lía petarda en un centro comercial (en una escena deliciosamente ridícula y sangrienta, por cierto). Pero, como puede deducirse, la matanza coincide con esa celebración tan yanki que es acción de gracias (algo que en España nos suena muy ajeno), y el disfraz elegido por el asesino es una careta de John Carver, que a más de uno le sonará a Guy Fawkes de Mercadona, pero que en la cultura yanki tiene bastante importancia, pues fue nada menos que uno de los líderes del Mayflower, y padre de lo que hoy conocemos como EEUU. Una especie de Don Pelayo de los USA, vaya.
Y la película, pues para bien y para mal contiene todos los clichés y tropos del género de terror adolescente, con mucha sangre (tiene momentos MUY gore), mucho mamarracheo y una trama que juega al despiste, aunque me vi venir a leguas quién era el asesino.
Naturalmente, dejan un final lo suficientemente abierto como para dar pie a secuelas si esto funciona en taquilla, por lo que cabe preguntarnos si es flor de un día o estamos ante el nacimiento de una nueva franquicia. El tiempo lo dirá.
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