No hubo color.
Hoy tocaba partido de competición europea para Bilbao Basket, y nuevamente recibía a un equipo exótico, como eran los Caledonian Gladiators de Glasgow, un equipo con un nombre muy épico, pero con una plantilla demasiado limitada, en la que la mayoría de los jugadores ganan literalmente menos que yo.
Pocas conclusiones se pueden sacar de este partido, en el que lo único destacable de los escoceses era un viejo conocido de Bilbao Basket en competiciones europeas (Lukas Palyza), aunque para paliza la que se llevaron ellos.
En la primera parte pudieron disfrutar de la ilusión de un marcador igualado, llegando a ir varias veces por delante del partido y terminando el primer cuarto solo tres puntos abajo (22-19) y llegando al descanso con un digno -9 (42-33). Pero tras el paso por el vestuario Bilbao sacó el rodillo y se puso serio, para acabar pintando el marcador con un tanteador de escándalo, reflejo de lo que se veía en la pista.
Todos, incluyendo los Gladiators, sabíamos a qué íbamos hoy a Miribilla.
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