David Verdaguer se transforma en Eugenio.
Si hablamos de Eugenio, en seguida nos vendrá a la cabeza la imagen del hombre adusto, vestido de negro, que con su barba y sus gafas de sol, pega un trago al vaso de tubo, pega una profunda calada al cigarro, y tras unos segundos de incómdo silencio, comienza a contar chistes, con su tono monocorde y su acento catalán, convirtiéndose así en uno de los mejores humoristas españoles de la historia.
¿Y qué mejor título para la película que el legendario "Saben aquell" con el que encabezaba la mayoría de sus chistes?
La película se centra en la primera mitad de la carrera de Eugenio, centrándose en sus orígenes como cantante y su historia de amor con su primera mujer, Conchita Alcaide, y más o menos sigue los tropos típicos de biopic de artista que lo peta, aunque sin las partes de la decadencia. Todo bastante normalito, pero hay que destacar el fabuloso trabajo de recreación, y en especial el de David Verdaguer, que se mimetiza en aspecto y voz, para ofrecer una imitación perfecta del humorista, postulándose así para hacerse con el Goya a mejor actor.
A esto hay que sumar que aquellos cassettes con chistes de Eugenio son un trozo de mi infancia, y me ha provocado cierta ternura volverlos a oír, de modo que contento con la película.
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