Y encima sin poner OTA.
El principal aliciente para ver este thriller es que se desarrolla en Bilbao, y ver cosas ambientdas en la propia ciudad siempre tiene su encanto. En ella, un atentado terrorista se lleva la vida de ocho personas, y con eso arrastra al abismo al principal sospechoso (Omar) y todo su entorno, que tendrán que enfrentarse a estar en el disparadero, y en el caso de Omar, a un peligroso juego del gato y el ratón, pues la policía es casi el menor de sus problemas, pues detrás de todo esto se esconde una conspiración a mayor escala. Mientras tanto, una sagaz policía (la inspectora Laegui) y un curtido periodista (Eche) intentarán averiguar la verdad que hay de todo esto, la cual se irá viendo que huele mucho peor de lo que parecía al principio.
La serie no es ningún portento, pero es amena y la historia se sigue con interés. Tiene algunas cosas que chirrían un poco, pero maneja con equilibrio el peso narratvo del caso y el de las tramas personales. El nivel de actuaciones me pareció que era bastante mejorable, con algunas que me resultaron (siendo generoso) mediocres, pero en general la serie me funciona (teniendo en cuenta que tampoco le pedía gran cosa, claro), aunque el final se deja demasiadas cosas en el aire. No si lo hicieron con vistas a una segunda temporada, pero a estas alturas (la serie es de 2018) no tiene pinta de que eso vaya a ocurrir.
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