Fue día de gorros (hasta ocho tapones pusieron).
Había ayer un poco de miedo, pues la racha del equipo en liga, solo rota por la inesperada victoria en Valencia, no era buena. Y el rival (Girona), sin ser de los más duros de la competición, tampoco iba a ser un regalo, por lo que cabía esperar cuando menos un partido igualado.
Así fue, con un primer cuarto ligeramente dominado por Bilbao Basket (22-17, creo), que dio paso a una película de terror en la que no salía nada y a Girona le salía todo, por lo que llegó la cosa a estar con un feo 27-39. Sin embargo, yo estaba relativamente tranquilo, ya que quedaba mucho partido, y tampoco me estaba pareciendo que ellos fueran TAN superiores.
No me equivocaba, pues ya antes del descanso se enderezó un poco la cosa, llegando solo seis abajo al intermedio. Nada imposible de levantar, y de hecho así fue, y tras un tercer cuarto en el que el equipo local se mostró bastante superior, se llegaba al último cuarto dos arriba (58-56). Mejor eso que ir perdiendo, claro, pero lo ocurrido en los partidos precedentes (ir ganando todo el rato y acabar perdiendo), no daba espacio a tomarse demasiadas confianzas.
Lo cierto es que el último cuarto, aunque Bilbao Basket fue delante creo que todo el rato, tampoco estuvo exento de emoción, pues cada vez que se iba un poco en el marcador, venían las respuestas gerundenses, pero al final se pudo, terminando el partido 80-74, y sexta victoria para la mochila. Faltan otras cinco.
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