Sutton, poco conciliador.
El partido que medía a Bilbao Basket y Trento por el liderato del grupo parecía que iba a tener más historia. Eran los dos mejores equipos del grupo, venían de ganar muchos partidos seguidos y aunque todo apuntaba a una victoria local, el partido de ida en Italia podía presagiar algo más reñido.
Pero el Bilbao Basket, dispuesto a solventar la cosa por la vía rápida, sacó el rodillo y empezó golpeando muy fuerte, con 34 puntos metidos en el primer cuarto (una barbaridad) y alcanzando ventajas de 26 puntos (52-26), para llegar con un 58-36 al descanso.
"Partido resuelto, ducha y a casa" es lo que han debido de pensar los jugadores de Bilbao Basket, pero Trento había venido (aunque tarde y mal) a jugar, y ha empezado el recital italiano, que poco a poco ha ido recortando hasta meter el susto en el cuerpo a los de casa (a 9 se han llegado a poner, si no me equivoco). Pero nuevamente golpe de autoridad y el Bilbao Basket se iba otra vez por encima de los 20 puntos, para llegar al último cuarto con un cómodo 82-63.
Un par de jugadas mal gestionadas han permitido un conato de rebeldía a los transalpinos (nota: si se escribe una crónica deportiva que involucre italianos, es obligatorio meter la palabra "transalpino" por alguna parte), pero se ha terminado del todo el partido en el momento en el que Dominique Sutton, que estaba siendo el mejor de los visitantes se ha autoexpulsado tras agredir a un jugador del Bilbao Basket, fruto de la impotencia (no ha sido nada, solo el empujón, pero una falta muy fea y muy antideportiva).
El resultado final, muchos puntos en ambas canastas, superioridad local y los ojos puestos en la segunda fase, en la que nos tocará, si no he calculado mal Ulm (contra el que ya jugamos en 2013), Banvit (con Moerman y Carmichael) y un descarte de Euroliga, todavía por determinar. Esperemos que la segunda fase acabe tan bien como la primera.
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