Al fondo a la derecha.
Como siempre por estas fechas, el socorrido recurso de hablar del monotema del 31 de diciembre, que es el cambio de año y generalmente resumir lo que ha sido. Pero como estoy vago, hoy no me apetece. Quien quiera saber lo que ha dado de sí mi 2015, puede ir mirando las entradas del blog o preguntarme en persona.
No sé qué deparará 2016, pero espero no tener la mala pata con los viajes, que me llevó a cancelar dos ya contratados; uno en verano a Amsterdam por motivos laborales y otro a Bruselas en diciembre por temas de seguridad. Al menos el de Dublín estuvo muy bien, sobre todo por la parte de tener a mi padre como compañero de viaje.
Quedan ya solo un par de horas de este año. Como digo, del que viene solo podemos afirmar que, sin duda, será más largo que este.
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