Uno de mis avatares (ilustración de Marcos Martínez Carvajal).
Recuperado parcialmente el sueño ya toca hablar de las jornadas propiamente dichas, en las que cabría intercalar las subrutinas desayuno-resayuno-comida-merienda-cena-cubatas en el bar. Pero hoy me voy a centrar en el rol, que es a lo que iba.
Jueves
Empiezan las jornadas y empiezan con una partida de rol en vivo: Sinfonía ausente, ambientada en el juego de rol de ciencia-ficción Eclipse Phase. Una sorpresa previsible, pero que estaba contemplado que se pudiera prever, estando la partida bastante bien planteada, salvo la parte de las actualizaciones de ficha a medias y la gran cantidad de información a asimilar.
Por la noche me toca hacer de Joker en el cruce entre DC y el juego de rol Fábulas, La última noche del Joker, donde me lo paso pipa sembrando el caos y tratando de defender mi inocencia ante unos testigos hostiles (Batman se tomó a mal lo de la muerte de Robin, es un rencoroso). Por suerte al final la verdad y la justicia salen vencedoras y consigo librarme de la silla eléctrica.
Viernes
Día de más rol en vivo. Por la mañana Fiesta de Halloween, en un viejo teatro lleno de fantasmas, donde soy el abuelo, patriarca de una de las familias más importantes de la ciudad. Consigo evitar el caos, pero pagando un precio demasiado alto.
Por la tarde Canción de Despedida, una de las mejores partidas de las jornadas, y con una ambientación que no se me habría ocurrido jugar de no ser porque conozco a los que organizaban la partida, pues ésta era de Hombre-Lobo. Pero por suerte no es una de pegarse con piedra-papel-tijera ni de conspirar los unos contra los otros con las garras en la espalda, sino que es una partida costumbrista en la que soy Fiera Templanza, el alfa de una manada de garou irlandeses la noche previa a la batalla definitiva contra el Wyrm. Muy disfrutable.
Por la noche una de mis actividades favoritas, y que sin duda no contaba con jugar, la partida de rol en vivo Extraños en la noche, que he dirigido varias veces, pues la he escrito yo (de ella ya hablé en su momento aquí). Sin embargo, una cancelación de última hora y la imposibilidad de encontrar sustitito me hace saltar al terreno de juego y coger yo ese personaje, un peculiar pizzero que se equivoca de dirección y... hasta aquí puedo leer. La verdad es que me lo paso como un enano gracias a los jugadores, e incluso hay un momento en el que tengo que buscar la excusa para ausentarme y disimular el tremendo ataque de risa.
Sábado
El sábado es algo más tranquilo y por la mañana no juego a rol en vivo sino a rol en mesa, para probar el Worlds in Peril, y me alegro de haber tomado esa decisión, pues disfruto muchísimo la partida. En ella soy Hulk y va de que los Vengadores tienen que ir a desentrañar un enigma a Latveria, en una partida con mucha acción y mucho humor, con todo el sabor de los cómics, gracias a un sistema de juego que se presta mucho a ello.
¡Hulkito aplasta!
Por la tarde más rol en mesa, pero esta vez como director. La centuria A, a un grupo en el que uno de los jugadores no conocía la serie en la que se inspira (El Equipo A), entre otras cosas porque tenía... 13 años. Sin embargo, el chaval se portó bastante bien, todo hay que decirlo.
Por la noche, como no hay nada interesante, el amigo Talha se saca de la chistera la partida de rol en vivo La familia Aguilar, una adaptación del vivo sueco "Familjen Andersson", un soberbio e intenso drama familiar, donde consigo interpretar una escena dramática bastante resultona.
Domingo
El domingo solo hay franja de mañana, así que se cuenta rápido. Nuevamente, me toca dirigir rol de mesa y esta vez es el turno de Proyecto Tartarus, una aventura en el espacio exterior para Cultos Innombrables, en la que los personajes son astronautas en una luna de Plutón (si bien es posible que, para hacerlo menos ciencia-ficción, la adapte para que sea una luna de Marte). La partida fluye muy bien gracias al buen hacer de los jugadores y parece que se divierten bastante.
Y eso han sido las actividades de las Rolea. Ahora voy a copiar un párrafo que escribí ayer en Facebook sobre las Rolea y las jornadas en general.
Hace algo más de 16 años fui a mis primeras jornadas gordas, las CLN de Avilés, en un momento además en el que mi vida necesitaba un estímulo positivo. Hasta entonces solo había ido a pequeñas jornadas de ámbito local, en las que no existía el componente convivencia y acababas jugando con los cuatro frikis de siempre, lo que está muy bien, pero no es lo mismo.
En aquellas jornadas conocí a gente con la que tenía contacto solo por Internet, y algunos de ellos se convirtieron en amigos (pero de los de verdad, de los que se escriben con mayúsculas). A medida que iba a más jornadas la lista crecía, y aunque algunas amistades, como es lógico, se han ido cayendo por el camino otras perduran aún a día de hoy, y con algunos de ellos, además, he podido estar en estas Rolea.
Cualquiera que me conozca un poco sabe que una de mis aficiones es jugar a rol e irme de jornadas, pero cualquiera que me conozca de verdad sabe lo importantes que son para mí y por qué son tan importantes.
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