...que no saben leer chachi.
Tim Burton intenta volver a sus orígenes con una película que sea básicamente un cuento, y aunque iba yo un tanto escéptico, debo confesar que me sorprendió para bien. No es una película con un guión sesudo, sino que, al contrario, hay que saber desconectar el cerebro para disfrutar de la fantasía a pesar de algún que otro sinsentido, pero es divertida y con momentos entrañables, y con eso vale, pues es lo que ofrece.
El argumento se puede casi deducir del cartel, y es inevitable que eso de una mansión para adolescentes con superpoderes nos recuerde a la Escuela Xavier para jóvenes talentos de los cómics de Marvel (teniendo además, su guasa, que el antagonista aquí sea también alguien con el pelo blanco), y en gran parte no deja de ser precisamente eso: una película de superhéroes juveniles con poderes raros.
Me gusta porque crea atmósfera, que es algo que siempre me ha gustado de Tim Burton (que por algo llegó en su día a ser uno de mis directores favoritos) y crea un mundo lleno de fantasía con toques de humor y aventura que cuando menos entretiene. Y sí, argumentalmente tiene cosas que son un completo despropósito, absurdo sería negarlo, así como el montaje es a veces un poco chapucero, y el histrionismo de algunos personajes es un poco exagerado (por ejemplo el de Samuel L. Jackson, haciendo de Johny Depp suplente), pero el conjunto me ha gustado. Tal vez porque era justo lo que esperaba encontrar, y consigue quitarme el mal sabor de boca que me dejó la horrorosa Alicia en el país de las maravillas.
No es, desde luego, su mejor película, pero pasa el corte.
No es, desde luego, su mejor película, pero pasa el corte.
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