jueves, 10 de noviembre de 2016

Memorias de un ex-demandante de empleo [XXIV]

¿Y la Europea?

Me pasa un poco parecido a lo que me pasó con esta otra entrada, que no tenía muy claro si meterlo en las memorias de ex-abogado o en las de ex-demandante de empleo, pues de entre los muchos trabajos que tuve para salir al paso, este tenía contenido jurídico y sí requería una cierta especialización. Pero como las memorias de ex-abogado ya las di por cerradas, lo meteré como parte de mi odisea de búsqueda de trabajo.

Base de datos

Se pierde un poco mi memoria cómo conseguí este trabajo (me suena vagamente que por medio del máster), y tampoco me acuerdo bien de cuándo empecé ni de cuándo terminé. 

El cliente, pues aquí trabajaba de freelancer (diría autónomo, pero técnicamente no estaba dado de alta) era una editorial jurídica llamada "Europea del Derecho", sobre la que no he encontrado referencias, por lo que podría ser que ya no existiera. El trabajo consistía en elaborar bases de datos jurispridenciales, para lo cuál había que leer sentencias, muchas sentencias, toneladas de aburridas y monótons sentencias, y de cada una de ellas hacer el resumen y sacar las palabras clave, a fin de que fueran fáciles de localizar por el motor de su base de datos.

Esto iba de la siguiente manera: iba a la editorial, me daban un DVD con unas cuántas sentencias y yo tenía el tiempo que quisiera para pasarlas a la base de datos. Sin plazos ni prisas, cuanto antes las terminara antes cobraba, y básicamente las pagaban, como quien dice, a peso. Cuando terminaba, les emitía factura, con su IVA y su IRPF. No pagaban mucho, pero me servía para mis gastos, por lo que deduzco que lo dejé cuando empecé a trabajar la segunda vez en la BBK. Además, todo hay que decirlo, el trabajo era cómodo, que podía hacerlo en pijama y sin salir de casa.

El dinero me vino muy bien, pero también es cierto que de las sentencias se podían sacar cosas, aunque sea de cultura general, y sobre todo de terminología jurídica. Y saberme los nombres de los magistrados de la Audiencia Provincial de Pontevedra, que me los acabé conociendo casi mejor que a mi propia familia.

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