Está bien esto de que el miércoles sea festivo. Es algo a lo que me podría acostumbrar, y tampoco pierdo la esperanza de vivir en un futuro la semana de cuatro días. Pero entre tanto, abracemos estos días con alborozo e ilusión.
Ayer aproveché la tarde para ir al gimnasio (sufriendo el cardio y las idas de olla de Riverdale) y luego a la lonja, a jugar. Pruebo el Nucleum, donde gano holgadamente, y después juego a Res Arcana, donde pierdo, con igual holgura. Luego me toca enseñar juegos, y es el turno de Azul, y de Wingspan.
Hoy, aunque me despierto pronto me paso la mañana haciendo nada, y después de comer me voy a Max Center, para hacer la típica jugada de cine (Misión Hostil, que no es que ir al cine sea hostil en absoluto, es que la película se titulaba así) y volver dando un paseo. Además, ahora que empiezan a alargarse los días, si hace bueno es muy agradable.
Y mañana a trabajar, en una rara mezcla de lunes/jueves.
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