Yo no, los personajes (a mí me encanta).
La comedia española, ese género que me encanta pero que es una lotería. A veces uno se encuentra joyas y otras son verdaderas odas a la vergüenza ajena. Yo me suelo conformar con que me den lo que me prometen y en el caso que nos ocupa la película cumple. Eso ya le sirve para pasar el examen, pues yo buscaba una comedia ligera, simpática y con su punto buenrollista y Odio el verano me lo dio.
La premisa, bastante delirante, es que tres familias completamente distintas entre sí descubren que la inmobiliaria les ha alquilado a los tres la misma casa vacacional y la escasez de oferta turística les obligará a dejar a un lado sus múltiples diferencias y aprender a convivir. Ni cotiza que terminarán la película siendo amiguísimos de la muerte y que el argumento se basa en un constante cúmulo de decisiones de persona disfuncional, y que si la protagonizaran personas normales la película duraba cinco minutos. Pero de eso va la comedia, de gente haciéndonos reír con acciones que nadie llevaría a cabo en la vida real.
Aquí todo eso, una feel good movie con un tono refrescante, ideal para pasar una entretenida tarde de verano. No se llevará el Oscar pero a mí me sirve.
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