¡Pa-ta-ta!
Unas chicas son invitadas a pasar unas vacaciones idílicas en la isla paradisiaca de un muchimillonario y lo que al principio es un paraíso de drogas, fiesta y buen rollo, se acaba torciendo inevitablemente para terminar como el rosario de la aurora. Imposible no acordarse de Fantasy Island o El menú, ¿verdad?
Más alla de eso, y de que es una película divertida (tal vez tiene que tarda un poco en arrancar), con su buena dosis de humor negro, es complicado comentarla sin hacer spoilers, más allá que decir que tiene una nada escondida crítica al sistema explotador del show business y un guiño nada obvio al caso Epstein.
Buscando un giro sorprendente, que consigue con cierto éxito, la película juega con la confusión, con un montaje aparentemente caótico que luego va cobrando sentido, aunque sí se le puede echar en cara que la resolución de la historia requiere un salto de fe muy elevado por parte del espectador.
Ahora ya entrando en el terreno de los spoilers, cuesta creerse el funcionamiento de la amnesia tan precisa y selectiva que provoca el perfume que mueve la película y su contrapartida del veneno de serpiente, pero sirve de motor para una historia de rape&revenge (que al final es eso) y nos da pie a escenas muy macarras. Con un desarrollo bastante ameno (con la salvedad de que tarda un poco en arrancar), un último acto muy gamberro y violento y un final más efectista que verosímil, consigue entretener, que es de lo que se trataba.
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