A modo de foto pongo la del juego que me ha llegado hoy.
Esta semana ha sido un poco rara, ya que he ido a trabajar. Pero he ido un poco de aquella manera, ya que tirando de la bolsa de horas lo que hacía era no poner el despertador, y cuando me ponía en pie ir a la oficina. Tampoco ha sido una exageración, el día que llegué más tarde fue el martes, que entré a las 10:30, pero es una maravilla poder hacer esto, que en Laguntza era impensable.
Ahora me cojo otras dos semanas (en realidad lo de trabajar estos días ha sido para estirar algo más el periodo veraniego) y la segunda semana de septiembre volveré, pero con una importante novedad: la obras de la oficina están ya terminadas y puede que para entonces estemos definitivamente instalados.
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