Esta energía tenía yo.
Poco que decir. Se han terminado mis vacaciones de Navidad y toca inaugurar el año laboral, sabiendo ahora que cada semana puede ser la última en mi actual puesto de trabajo, si bien de eso aún no sé nada.
Lo que sí sé es que ayer me acosté a la hora habitual de día laborable, pero no era capaz de coger el sueño. Las 12, la 1, las 2... a las 3 estaba mirando el techo, y para cuando me dormí ya estaba el despertador dando por culo, y madrugar me ha tenido toda la mañana renqueando. Por suerte me tocaba arriba y no había excesivo papel, aunque el teléfono, como de costumbre, no paraba de sonar.
Por la tarde ya sí ha tocado mostrador, aunque ningún usuario especialmente reseñable (las típicas de la gente que viene a entregar papeles y los trae sin rellenar, pero eso es algo tan común que hace tiempo que dejó de ser anécdota). Sobrellevaremos lo mejor que podamos el resto de la tarde.
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