Cuidado con el hombre tranquilo.
The Equalizer es una película que me llamó bastante la atención en su momento, pero por A por B no llegué a verla y la quitaron del cine. Así, tampoco vi la segunda parte, pero cuando vi que anunciaban la tercera, aprovechando el pase gratis tenía que verla, de modo que cogí un mes en Primevideo y me puse las dos primeras (que creo que acabé pagando un euro o así).
Sin más dilación, vamos ahora a por la 3, que es a lo que he venido hoy.
En esta ocasión la historia nos traslada a Italia, primero Sicilia y luego Altamonte, un municipio ficticio, vecino de Nápoles, totalmente gobernado por la Camorra, donde sus buenas gentes sufren día a día la extorsión y la violencia de tan viles criminales.
Pero ser una de las más poderosas organizaciones criminales del mundo no te sirve de nada cuando se cruza en tu camino... el Ecualizdor. Robert McCall, en un viaje por Italia hace las típicas cosas de viajero por Italia, como comer pasta, beber vino, difrutar de la hospitalidad de sus gentes o provocar una masacre en un bunker de la Cosa Nostra. Y los azares del destino lo llevan al bucólico y antes mencionado Altamonte, enamorándose el bueno de Robert (aquí Roberto) del pueblo y de sus gentes.
Y claro, cuando los matones de la Camorra vienen a cometer sus fechorías, se encuentran con que ese hombre pausado y amable, de aspecto inofensivo, es en realiidad una máquina de matar, que se convertirá en su peor pesadilla y hará que el miedo en Nápoles cambie de bando.
Una película muy divertida de ver, que se me pasó volando y ofrece exactamente lo que cabría esperar de ella, siendo bastante continuista con las anteriores. Eso sí, viendo la escalada (en la primera se enfrentaba a criminales locales, en la segunda a un tema de seguridad nacional y aquí a la Camorra italiana) es de esperar que si algún día hacen The Equalizer 4, Robert McCall desbaratará cuando menos una invasión alienígena.
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