Sale Luis Callejo, eso es un +1.
Esto es una adaptación, y se nota, de una novela. En este caso la homónima de Berna González Harbour, lo que se nota en momentos puntuales, en los que algunas cosas quedan un poco raras, pero no tanto como para que cueste entender la historia, cosa que sí pasa en otras adaptaciones de novela a película (sí, te estoy mirando a ti, Silencio de la ciudad blanca).
Ahora sí, yendo a la película que nos ocupa, la acción se traslada a 2010, cuando la aparición de un cadáver en Madrid y la desaparición de un adolescente en Navarra parecen estar conectados (esto en el libro tendrá más sentido, que en la película sí queda un poco "porque patata"), lo que hace que la Comsiaria Ruiz se vaya a Pamplona a investigar la desaparición. Ahí ya sí empieza a cobrar sentido la conexión entre ambos casos, y se ve que hay una relación con toda una trama de abusos a menores en un influyente colegio católico (¡con la Iglesia hemos topado!), y a las dificultades del caso policial se unirán los juegos de poder y las presiones que la protagonista recibirá "desde arriba". Paralelamente, un veterano periodista, irá investigando por su cuenta el asunto, y así ambas líneas argumentales nos irán contando qué es lo que ha pasado aquí, de forma razonablemente bien hilada.
Un thriller bastante digno, que en general funciona bastante bien y cuenta con un trasfonfo basante perturbador, y si bien los sucesos concretos de la película son ficticios, lo que subyace de fondo, y lo que denuncia abiertamente la película, es una realidad que está ahí.
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