Un día de verano cualquiera en Córdoba.
El caso del crimen de la guardia urbana debió de ser bastante sonado allá por 2017, tanto que Netflix hizo una serie para contarnos lo ocurrido. Pero como la crómica negra me despierta bastante poco interés y desconecto activamente ante este tipo de noticias, yo no solo no me enteré, sino que ni siquiera supe de su existencia. En consecuencia, cuando me puse a ver la serie, ni siquiera sabía que estaba basada en hechos reales, y lógicamente la pude ver sin saber el desenlace.
La serie nos cuenta la historia de Rosa Peral (Úrsula Corberó), una policía catalana que tenía un novio policía (Pablo), el cual aparece un día muerto, calcinado dentro de un coche en llamas. Rosa tiene también un amante policía (Albert) y un ex-marido (también policía), con el que se lleva a matar. Y entre los tres (Rosa, amante y novio) suman una colección maja de actuaciones policiales "irregulares".
La serie nos va mostrando que las cosas no son como parecen, y que Rosa es un bicho de cuidado, pero tampoco es que Pablo sea una hermanita de la caridad. La serie nos va mostrando la vida previa de Rosa, junto con la investigación, hasta el juicio que se celebró, dando la historia por cerrada.
Buena labor de Úrsula Corberó, que consigue ser absolutamente odiosa, y una innecesaria sobreexposición de su culo. Que sí, que la chica está muy buena y no negaré que alegra a la vista, pero ponerlo en los títulos iniciales como si casi fuera un personaje más, me parece un tanto excesivo.
Se deja ver, pero está lejos de ser imprescindible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario