¡Moza, tengo tierras!
Aunque todavía no se ha formalizado del todo la compraventa, pues estoy a la espera de firmar las escrituras, a mis posesiones inmobiliarias se ha de añadir un pequeño trastero, no muy lejos de mi casa, que procederé a amueblar (imagino que con baldas de Ikea) y llenar de cosas, sobre todo las que tengo en el trastero de mi padre (gran mecenas e impulsor de este, por cierto).
La cosa se empezó a gestar en abril, que es cuando se firmó la precompra, y aunque en teoría se debería haber formalizado la cosa por mayo, temas burocráticos y de licencias han tenido paralizada la cosa. Pero ayer pasé por delante del trastero, estaba el encargado de la promoción, y me dio ya la llave, que al fin y al cabo es lo que de facto me convierte en dueño. El resto es puro trámite.
¡Ya tengo mi propia mazmorra!
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