lunes, 9 de octubre de 2023

El exorcista: creyente

Podría ser peor, podría hacerse tiktoker.

Antes de valorar la película hay que poner las cosas en su contexto, y es que la original de 1973 (cuyo mérito no niego) no es que no me gustara, sino que cuando la vi con 20 años fui totalmente incapaz de tomármela en serio, no pude entrar al juego que me proponía y me pasé la sesión partiéndome de risa, siendo para mí una de las comedias más desternillantes que recuerdo (lagrimones, no lo voy a ocultar, en la escena en la que Regan baja las escaleras haciendo la tortuga invertida).

Es de entender, entonces, que no tuviera un especial interés por ver esta película, ya que además dentro del cine de terror, las películas de exorcismos no son mi plato favorito. Pero se juntó que no tenía nada mejor que hacer y que me salía gratis, así que fui.

Partiendo de esa base, uno puede entender que el nivel de exigencia al que sometía esta nueva entrega del demonio que posee niñas era bajo. Y dentro de esto, bueno, tenía su pase.

Puedo entender que para los aficionados a la saga pueda ser decepcionante, pues a un par de golpes de efectos y fanservice con pegote en forma de cameo, añade poco, y además tarda horrores en empezar a arrancar. Aquí la cosa va de dos niñas que se van a jugar al campo, desparecen varios días y aparecen a 50 kilómetros, sin recordar nada. Se comportan de forma más o menos normal, hasta que empiezan a pasar cosas raras y hasta el padre de una de las niñas, ateo convencido, empieza a creer.

¿La película? En general insípida,y nuevamente, me costaba entrar al juego que propone, aunque sí recomnozco que fui más capaz de tomármela en serio que la original, y que hubo un par de escenas en las que la temperatura de la sala bajaba varios grados (buen trabajo de maquillaje en cuanto al aspecto perturbador de las niñas poseídas). Evidentemente ni se me ocurriría decir que es mejor película, pero sí que al tomármela un poco más en serio, la disfruté un poco más. 

Aunque, en honor a la verdad, la otra la disfruté, pero no de la forma en la que se supone que debería haberla disfrutado.

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