En este blog se respeta a don Luis López Tosar.
Como hiciera en Quien a hierro mata, Juan Galiñanes vuelve a mandar a Luis Tosar al hospital (técnicamente aquello era una residencia, pero que eso no me pise la broma), aunque en circunstancias muy diferentes. Aquí es Sergio, un hombre que tras sufrir las consecuencias de un tenso atraco con rehenes, chantajea a Pablo (Álex García), un francotirador del CNP, para que le ayude a llevar a cabo su venganza (se ve que a Galiñanes le gusta el Tosar rencoroso).
Antes de contar más sobre el argumento, he de decir que, en líneas generales, me pareció una película que combina muy bien el thriller con el drama, que consigue que la tensión se corte con un cuchillo en los momentos delicados, y también logra transmitir las emociones que tiene que transmitir cuando se va a la parte del drama, y de lo que pasa en la vida de los personajes. A decir verdad, tampoco es que el argumento tenga grandes sorpresas ni giros, pero ya que yo tuve la suerte de verla sin saber absolutamente nada de ella y pude irlo descubriendo a medida que avanzaba la película, dejo que otros hagan lo mismo.
La historia se divide básicamente en dos actos centrales. Tras la presentación de los personajes, aparentemente sin conexiones (de Tosar sabemos que es el clásico perdedor liante, que cada vez que le das una oportunidad la caga, y de Álex García que es un hombre preocupado por la enfermedad de su hijo), la acción se traslada a una casa de apuestas, donde un atraco provoca una situación con rehenes. El segundo acto, y en realidad la parte nuclear de la película, es lo que sucede tras el atraco, sus consecuencias, y las decisiones que tienen que tomar sus personajes con respecto a ellas.
Contento con ella.
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