La comunicación oficial.
Ahora sí, ya puedo decir que el 2 de febrero será mi último día aquí. Ya lo sabía de antes, pero ofcialmente nadie me había comunicado nada, hasta que ya hoy me ha llegado el aviso con el correo, annciándome que la plaza que ocupo se va a cubrir, y que por eso me tengo que ir a mi plaza. Nada que no supiera ya, pero el trámite de avisarme tenían que cumplirlo.
No negaré que me da un poco de vértigo el cambio, pero a diferencia de hace cinco años, aquí he tenido todo un año para mentalizarme, y lo cojo incluso con cierta ilusión.
Una etapa que se cierra, para dar paso a otra nueva que se abre.
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