Pasarlas canutas en la nieve, la moda que arrasa entre los milennials.
La sinopsis nos dice lo siguiente: Cordillera del Himalaya, año 1999. Quique, Clara y el pequeño Lucas disfrutan de sus primeras vacaciones juntos en el norte de la India. Una noche, durmiendo al raso durante una tormenta, sufren un brutal ataque por unos bandidos. Horas después, Quique es rescatado por un nativo y trasladado a una remota aldea aislada en las montañas. Allí, incomunicado y sin posibilidad de regresar a la civilización, deberá permanecer hasta la llegada del invierno, que permite la formación de la única vía de salida de la aldea: el río helado. El camino de vuelta, lleno de peligros, en compañía de varios niños de la aldea, pondrá a prueba todo lo que Quique ha aprendido durante su estancia en el corazón del Himalaya.
Debí fiarme de mi instinto cuando me advirtió sobre esta película. Es cierto que tiene muy buena pinta, y entre sus virtudes, que no se las voy a negar, cuenta con una fotografía magistral mostrándonos planos vistososo y evocadores, de la grandeza del Himalaya, con paisajes y aldeas que nos permiten trsasladarnos allí. Nos brinda también escenas muy potentes, algunas de las cuáles casi nos hacen sufrir el dolor que sufre el protagonista, e incluso la premisa de la que parte es sumamente interesante.
¿Entonces cuál es su problema? La película tiene dos partes muy diferenciadas. Por un lado está la odisea del protagonista, con ese comienzo casi bucólico y su transformación en tragedia, y ese azaroso viaje de vuelta, donde tiene que sortear un sinfín de peligros, así como la impotencia de luchar contra un enemigo invisible en un mundo extraño, cuando consigue volver a la "civilización". Esa parte está francamente bien, pero en contraposición, toda la parte introspectiva de la aldea me resultó un soberano coñazo, que a duras penas conseguía captar mi interés y que lastraba las ganas de disfrutar de la parte puramente aventurera del final. Entiendo que es necesaria para contar y dar sentido a la evolución del protagonista, así como para mostrarnos su desesperación y su impaciencia para que llegue el invierno y poder salir de ahí (cosa que yo como espectador compartí con él), pero termina pesando de forma demasiado negativa en una película en la que me temo que las cosa malas terminan por superar a las buenas.
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