El aviso de marras.
Hallábame yo atendiendo gente cuando me llega al e-mail del trabajo un correo electrónico, avisándome de que tengo una notificación interna. Lo miro y, como sospechaba, es el anuncio de la fecha en la que tengo que cambiar de puesto.
Sin embargo, terminado el horario de público, y ya con más calma, releo el aviso, porque no me termina de cuadrar, ya que si fuera eso, habrían avisado a otras compañeras que están pendientes del concurso. Lo miro de nuevo y analizo la documentación que adjunta, acordándome de que la semana pasada me preguntaron si quería prorrogar la comisión de servicios y dije que sí, hasta que se resuelva el tema del concurso, para no provocar desbarajustes en el cuadrante de la oficina.
Lo miro y no termino de entender. ¿Habrían interpretado al revés el mensaje en el que les dije que sí prorrogaba? A ver, tampoco es que me quitara mucho el sueño, pues no va a diferir mucho la fecha, pero ya estaba con la mosca. Pero ya analizada la orden foral, he entendido de qué va la jugada. Técnicamente la comisión en la que estoy ahora empezó hará unas semanas dos años, que es cuando la anterior titular de mi puesto se fue, y como la duración normal es de dos años, en febrero es cuando se me terminará y empezará la prórroga. Y de eso es de lo que me estaban avisando.
Afortunadamente me he podido dar cuenta antes de anunciarlo a bombo y platillo del todo.
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