El hombre más odiado del país.
Retrato de una parte muy oscura de la sociedad actual, esta película pone el foco en el discurso del odio y su costumbre de campar alegremente por las redes sociales, donde amparados en el anonimato podemos llegar a decir cualquier burrada. Y a veces nos olvidamos de que esas burradas pueden tener consecuencias.
Esta es la historia de Harri Bhasvar, un chaval inglés de ascendencia pakistaní, que tiene la mala suerte de ser confundido con el autor de un atentado terrorista, lo que da pie a una terrible campaña de linchamiento, que primero es meramente mediática (no solo contra él, sino también contra su entorno más cercano), pero la cosa va escalando cuando las palabras dejan lugar a los hechos, aunque no me voy a extender aquí demasiado sobre el argumento. Solo diré que, exceptuando algunas concesiones a la ficción (que esto no deja de ser cine), muchas de las cosas que nos relatan son perfectamente creibles, haciendo que esta parezca a veces una película de terror más que un thriller.
Pero vamos, nada de lo que no haya hablado alguna vez aquí, cuando me he pronunciado sobre los peligros de los ciberlinchamientos y la gente a la que le gusta jugar a ser a la vez detective y justiciero.
A esa gente: no sois Batman, solo sois unos gilipollas con tiempo libre.
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