A falta de Mollina, buena es Huarte.
Una de las cosas que más me gustan del verano es empalmar jornadas lúdicas, y todavía recuperándome del tute de las TdN, hoy parto hacia Navarra, donde se celebran las clásicas Umbras, jornadas que si bien no se acercan al nivel de las otras, les tengo un cierto cariño, y además me sirven para ver a gente a la que solo veo aquí (en realidad el principal aliciente para ir).
Lo que sí voy es con un plan más relajado (no llevo nada de rol en vivo, y si acaso alguna partida de rol de mesa improvisable), y lo que es jugar, me imagino que mataré el rato con juegos de mesa, que al fin y al cabo a estas jornadas les pido desconexión mental, y eso me lo dan con holgura.
Ya comentaré a la vuelta.
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