El parecido físico del actor protagonista está muy logrado.
Toca empezar diciendo que no tenía especial interés en esta película, ya que no soy particularmente fan del cine de Christopher Nolan, y que me la habría saltado si no fuera porque mi señora novia quería verla.
Partiendo de esa base, y con un listón de salida realmente bajo (me esperaba un insufrible y aburrido pestiño pretencioso), la película me ha gustado. Un poco demasiado larga tal vez (3 horas se me hicieron excesivas), pero en general le he encontrado más cosas positivas que negativas.
Las dos historias que nos cuentan (el Proyecto Manhattan por un lado, y las implicaciones en la carrera de Oppenheimer por otro) están bien hiladas, y los constantes vaivenes de una a otra están lo suficientemente bien narrados como para que se puedan entender sin problema y, salvo momentos puntuales, consigue mantener el interés.
Con una muy lograda recreación de la época y de sus personajes, consigue trasladarnos muy bien a los convulsos tiempos de la guerra primero y del macartismo después. También consigue trasladarnos, aunque esto es más un tirón de orejas a la película, el machismo imperante de los años 40, y lo hace de la peor forma posible, reduciendo al nivel de decorado viviente a los personajes de Emily Blunt y Florence Pugh (que parece que esté ahí solo para enseñar las tetas). Que sí, que se entiende perfectamente su función y su peso en la historia, pero son más elementos de la trama que personajes en sí mismos. Y desaprovechar así a dos actrices de esa talla, manda narices.
Sí me gustó, en cambio, que sirve bien para conocer algo más de la época y del personaje (francamente, toda la parte de las acusaciones de comunismo que sufrió, yo las desconocía) y que juega muy bien a encontrar un equilibrio entre el "se viene estudiado de casa, si no te enteras te jodes" y el "te lo explico todo con peluches, como si fueras idiota", encontrando una buena fórmula para que las cosas que no cuenta se puedan deducir con facilidad.
Por último, una cosa que hay que aplaudirle es que sea capaz de convertir en apasionantes escenas de gente hablando, que contadas de otra forma podrían haber sido un coñazo, pero que con el contraste sonoro que utiliza, consigue transmitirle una impronta muy interesante.
En definitiva, una buena película, mejor de lo que me esperaba, aunque probablemente tampoco será de las que recuerde cuando se termine el año y me pregunte cuál ha sido mi top de películas.
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