Díselo a la mano.
Por ponernos en situación, es preciso aclarar que esta película no me llamaba la atención, y que si la vi fue únicamente porque me salía gratis y no tenía nada que hacer. Aclarado el contexto, debo decir que no me desagrado, y que me pareció que ofrecía un soplo de aire fresco al cine de terror, recordándome a otras películas como It Follows o Verdad o Reto (aunque de las tres, me quedo con It Follows).
Aunque lo podría parecer, no va de la típica mano de mono que concede deseos retorcidos (y que fue parodiada en Los Simpson), sino que la mano permite contactar con el mundo de los muertos, e incluso si el poseedor da su permiso, ser poseído por ellos. La gracia es que la mano cae en las ídems de un grupo de adolescentes descerebrados que hacen lo que harían adolescentes descerebrados en el mundo real si dicha mano existiera: emborracharse e integrarla en sus fiestas, como quien se pone a hacer el canelo con una ouija, solo que esta mano sí que tiene poderes, y por eso se termina armando la marimorena.
Mejorable en cuestiones de ritmo, pues tarda mucho en arrancar y hacia el final tiene momentos valle en los que se estanca, a veces sí que da la impresión de que es un corto estirado, que da todo lo que tiene que dar y el resto es relleno, pero a pesar de eso, y de que a ratos es un poco confusa, la historia tiene su interés, y es un planteamiento original, por lo que es una cinta bastante recomendable, en especial para los amantes del género.
Quien busque sangre y escenas truculentas, por cierto, no encontrará muchas escenas así, pero las que tiene, vaya si impresionan. No volveré a mirar la ducha con los mismos ojos.
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