Adopté una cabra. Bueno, en realidad fueron varias.
No una, sino dos veces, he oido este fin de semana a la capital alavesa. De la del viernes ya hablé aquí el propio viernes, que fui a colaborar en Dead End (y cuando volví a Bilbao, al cine a ver The Flash), pero es que ayer sábado volví a ir, y es que este fin de semana era también el Frak Festival, evento multiocio que, entre otras cosas, tiene rol y juegos de mesa. Fui con un amigo por la mañana, pasamos el día, probamos varios juegos y aprovechamos para hacer alguna compra (yo me compré el Cabras Montesas). De entre lo que jugué, un simulador de ping-pong con animales, aún en beta, Sagrada, Cascadia, Cabras Montesas, The Island, Titanic y La guerra del anillo de cartas.
Ya de vuelta en Bizkaia fui a Barakaldo, donde teníamos cena de unos amigos que se acababan de mudar, y aprovechamos para ponernos hasta arriba de pizza.
Hoy domingo otro pseudomadrugón, ya que por la mañana tenía rol, "El poker del diablo". Terminada la sesión, pintxopote que se termina convirtiendo en comida, y por la tarde Marvel Champions, continuando la campaña del Titán Loco y pegando una paliza seria a Hela.
Finalmente, a casa de mi padre a regarle las plantas, retirada y ducha. Bueno, en realidad retirada, ducha, acordarme de que tenía que ir a casa de mi padre a regar las plantas, jurar en arameo, ir a regar las plantas y, ahí sí, a casa.
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