Cartel colorido, como la película.
Esta película, secuela de Spider-Man: un nuevo universo, partía en clara desventaja con su predecesora, y es que así como de aquella no esperaba absolutamente nada, con esta las expectativas estaban extremadamente altas. Y no me ha decepcionado ni un poco. Tal vez el final, y quien la haya visto me entenderá, me ha arqueado la ceja, pero eso también tiene su lado positivo, del que no voy a hablar ahora.
De la película en sí, vuelven Miles Morales y Spidergwen, en una nuva aventura épica y colorida, repleta de acción, humor, momentos emotivos y una enorme dosis de diversidad (de esa que hace patalear a los ofendiditos, sí), y con un estilo de animación muy particular, que además sirve para dotar de aún más carácter a algunos personajes. En concreto me quedo con ese Buitre renacentista y su estilo degrabado de Da Vinci, o Spider-Punk, que se come la plícula cuando sale.
Sin duda, iré a ver la próxima película cuando salga, ya que ese final tan, ejem, abierto, nos deja claro que la habrá. Y volveré a ir con las expectativas muy altas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario