¿Qué llevaba el pintxo de tortilla que me he comido hoy?
Hoy me iré a la cama con cierto hormigueo, ya que mañana empiezo en un sitio nuevo, y eso siempre desconcentra. Pero de momento me voy con el fin de semana, que como es obvio empezaba el viernes, con la despedida que me hicieron los compañeros de mi ya antiguo trabajo, tras la que algunos nos fuimos a comer, dando buena cuenta de las hamburguesas del Tipula. Luego, tras pasar por el supermercado y dejar la compra en casa, a la lonja, donde pruebo (y gano) el Viticulture (buen juego) y por la noche jugamos a Detective, Ciudad de Ángeles, donde también gano pero sin que me entusiasme el juego. Una buena idea pero mal ejecutada, con un desarrollo carente de dinamismo.
El sábado por la mañana aprovecho para ir dando un paseo hasta la tienda de juegos de San Ignacio y volver también a pie, y después de comer vegeto algo, antes de ir al cine, para ver la fantástica Pobres Criaturas. Luego unas cañas, cena y a casa.
Del domingo poco que destacar. El tradicional paseo y pintxopote y por la tarde una de no hacer nada, hasta que a última hora, y por estirar un poco las piernas, hago el simulacro del camino al nuevo trabajo (que transitoriamente y por obras está en otro sitio). Nueve minutos, que no son los cuatro de la otra oficina, pero tampoco es como para echarse a llorar.
Mañana será otro día... y otro puesto de trabajo.
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